Argumentos
Estaba tomándome una mandarina cuando de repente me asaltó la idea: "¿Cuánto tiempo llevo defendiendo (si es que defiendo algo) los mismos argumentos?" Cinco años, me respondí.
En cinco años me habre zampado quizás unos cien kilos de mandarinas (tal es mi aficción), y sin embargo fue esa mandarina y no otra, ni siquiera un mango o una granada la que me hizo saltar el click.
Y es que cinco años son muchos y los argumentos, de tanto repetirlos están ya un poco ajados. Me aburro hasta yo, que soy poco proclive al aburrimiento porque siempre acabo entreteniéndome con algo. ¿Y si los cambio? Porque lo malo de unos argumentos ajados es que para defenderlos a capa y espada (por eso de no cambiarlos por otros, que da pereza) tienes que hacer el esfuerzo de creértelos, y entonces te los tomas en serio y los conviertes en principios. Y los principios, bo, bo, bo... Me dan mucho yuyu. Porque esos principios que se tienen que autoconvencer de que son los mejores, se convierten en unos tiranos, rígidos, que no te dejan vivir a ti ni a los demás.
Así que me voy a buscar unos nuevos, no por nada en particular, sino por cambiar un poco de discurso, que ya me he hartado de primates y bichos varios (son feos y peludos, nada fashion). A ver si los encuentro en alguna parte. Los quiero frívolos y ligeros, muy ligeros, como plumón de ganso húngaro, algo así como los consejos cosméticos de Cosmopolitan o Marie Claire.
Y seguro que, encuentre los argumentos que encuentre, los defenderé con ahinco, con fuerza, como conversa reciente, y eso mola mucho porque entretiene, ya que implica peleas varias, luchas, palabras, retórica... Nada hay como el deseo de pelear y revolcar al adversario por el barro, ni siquiera el sexo, aunque ahora que lo pienso el sexo revolcándose en el barro no debe estar nada mal (si no me pillo una pulmonía) aunque deberé enterarme antes si las manchas se quitan.
Bueno, vayamos a lo importante: hace dos meses que no me pinto las uñas y eso es una desgracia. Incluso me las tuve que cortar, lo cual me costó un serio disgusto. Para celebrar la Navidad me las pienso pintar. Ya que no he puesto ni árbol, ni Belén ni un mísero pastorcillo, qué menos que pintarme las uñas para dar un tono de color a fechas tan entrañables. Y voy a comprarme unas bragas rojas con el logotipo de la Coca Cola.
Y nada, pues que Feliz Navidad y eso. Que ya encontraré argumentos para defender por qué felicito la Navidad si en teoría soy contraria. Sí, seguro que los encuentro por ahí. No tengo más que centrifugar un rato los argumentos antiguos y me salen otros nuevo recién lavaditos y relucientes.
En cinco años me habre zampado quizás unos cien kilos de mandarinas (tal es mi aficción), y sin embargo fue esa mandarina y no otra, ni siquiera un mango o una granada la que me hizo saltar el click.
Y es que cinco años son muchos y los argumentos, de tanto repetirlos están ya un poco ajados. Me aburro hasta yo, que soy poco proclive al aburrimiento porque siempre acabo entreteniéndome con algo. ¿Y si los cambio? Porque lo malo de unos argumentos ajados es que para defenderlos a capa y espada (por eso de no cambiarlos por otros, que da pereza) tienes que hacer el esfuerzo de creértelos, y entonces te los tomas en serio y los conviertes en principios. Y los principios, bo, bo, bo... Me dan mucho yuyu. Porque esos principios que se tienen que autoconvencer de que son los mejores, se convierten en unos tiranos, rígidos, que no te dejan vivir a ti ni a los demás.
Así que me voy a buscar unos nuevos, no por nada en particular, sino por cambiar un poco de discurso, que ya me he hartado de primates y bichos varios (son feos y peludos, nada fashion). A ver si los encuentro en alguna parte. Los quiero frívolos y ligeros, muy ligeros, como plumón de ganso húngaro, algo así como los consejos cosméticos de Cosmopolitan o Marie Claire.
Y seguro que, encuentre los argumentos que encuentre, los defenderé con ahinco, con fuerza, como conversa reciente, y eso mola mucho porque entretiene, ya que implica peleas varias, luchas, palabras, retórica... Nada hay como el deseo de pelear y revolcar al adversario por el barro, ni siquiera el sexo, aunque ahora que lo pienso el sexo revolcándose en el barro no debe estar nada mal (si no me pillo una pulmonía) aunque deberé enterarme antes si las manchas se quitan.
Bueno, vayamos a lo importante: hace dos meses que no me pinto las uñas y eso es una desgracia. Incluso me las tuve que cortar, lo cual me costó un serio disgusto. Para celebrar la Navidad me las pienso pintar. Ya que no he puesto ni árbol, ni Belén ni un mísero pastorcillo, qué menos que pintarme las uñas para dar un tono de color a fechas tan entrañables. Y voy a comprarme unas bragas rojas con el logotipo de la Coca Cola.
Y nada, pues que Feliz Navidad y eso. Que ya encontraré argumentos para defender por qué felicito la Navidad si en teoría soy contraria. Sí, seguro que los encuentro por ahí. No tengo más que centrifugar un rato los argumentos antiguos y me salen otros nuevo recién lavaditos y relucientes.
19 comentarios
Gru -
Un abrazo.
Noamanda -
Mua
Y el pitijopo este suelto por estos lares...
bErNaR -
Ya está mejor, gracias. ¿Que no haría un antipirético, mucho zumo de mandarina, ojo de mandarina y dosis altas de arropos y cariños?
Que pases y paséis buena noche.
Un abrazo.
Gru -
Qué se mejore tu niña.
Pitijopo, Feliz Navidad y eso. :-)
Miranda, esa frase de GM me gusta mucho, sí. Qué lo pases muy bien. ;-)
Soil, los morros siempre me los pinto o les pongo vaselina, que si no se me deshidratan. Y a ver cuando se empiezan a celebrar las navidades con strip tease, que mola más. Feliz full monty.
Ciri, que sí, que nos agenciamos nuevos argumentos para año nuevo.
Besos para todos.
Ciri -
Ciri -
Soil Takada -
Por cierto pintate las uñas y los labios también , consejo navideño (yo no entiendo de esas cosas, pero os poneis "mu wapas" las mujeres con los labios pintados ;-) )
Felicidades navideñas a ti Gru y a todos los "comentaristas" :-P
Miranda -
"Estos son mis principios...si no le gustan tengo otros..."
HAHAHAHAHA!!!!!
Beso enorme y felices Saturnales.
SMUAK!!!
M.
bErNaR -
La noche y la hora y la puta fiebre de mi chiquilla...
bErNaR -
bErNaR -
Realmente un argumento es esa idea sobre las cosas o sobre las personas que guardamos en el fondo de nuestra memoria, tan, tan en el fondo que a veces ni sabemos que la tenemos.
Y son esas ideas tan arraigadas las que determinan nuestros modos de sentir y actuar. A veces son puros salvavidas sociales, afectivos y morales, las más de las veces, clichés aprendidos por pura necesidad de supervivencia.
El anarquismo, Kiri ya postuló parte de lo que dices y no te creas, es muy atractivo.
Pero hay que inventar otra sociedad para llevarlo a cabo y estoy tan seguro de eso que me da hasta miedo.
Feliz Nochebuena.
pitijopo -
Kiri -
Ciri -
Ciri -
Podría ser un pijama tal que así (ver link en mi alias, jeje).
Gru -
Lealtad, sacrificio, patria y ley. Hala, ya tengo principios y todo. Me los he agenciado en un pis-pas, que estaban de oferta.
Ciri, Ciri, que debes estar de lo mas seductor con unos boxers rojos con el logotipo de la Coca-Cola. Yo eso no me lo pierdo ¿para cuando un pase de modelos, guapetón? Con el permiso de tu affaire, por supuesto.
Bambi, ya te aviso para que nos peleemos y eso. Yo estoy abierta a cualquier argumento siempre que me sirva para pelearme, y mientras más simples y rígidos mejor, porque así es más fácil creérselos. (Nunca me aprendí el Credo y eso es mal síntoma). Necesito creérme lo que sea, y bueno, el pintauñas no está mal, porque creer en una laca de uñas es, por lo menos, glam, la par que entretenido (pintar secar, quitar el esmalte, volver a pintar, enseñar las uñas, clavarlas, sentirlas fuertes, volver a clavarlas). Todo un mundo de posibilidades.
Besos y eso (no imaginéis cosas raras que estoy en cuarentena ;-), hala pues.
Bambolia -
Cuando tengas claro qué argumentos vas a defender a partir de ahora, avisa, porfaplis, más que nada porque así yo adopto la postura contraria y podemos pasarnolo pipa tirandonos trastos a la cabeza -dialécticos, claro- que ya estoy harta de parecer buena chica...
A partir del año nuevo voy a prepararme un menú diario muy fashion: para desayunar, unas cuantas dosis de hipocresía al más puro estilo católico; para almorzar, tres tazas de razonamientos políticamente correctos; para comer, media docena de telenovelas y para cenar, tres cuartos y mitad de programas del tipo Metrópilis y Redes, que molan mazo y que son intelectualmente ostentosos.
He dicho.
Me voy a comprarme un jersey color berenjena y a echar la primitiva. Es lo que tiene ser funcionaria, aunque se sea interina de mierda... que una puede emplear su media hora del almuerzo en hacer el tonto sin necesidad de justificarse.
Ciri -
Kiri -
Pero yo también me voy a pintar las uñas, ahora que lo dices.