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grullas

Castillo de naipes

Exhorcizar el miedo mediante palabras. Palabras que se lo lleven todo enganchado en cada fonema, en cada trazo de letra, en cada sílaba.

Lo alucinante es cuando el que más miedo tiene y el mayor implicado en el asunto se ve en la circunstancia de tranquilizar a los demás, porque el miedo ajeno, puede alimentar aún más el propio miedo, y hay que pararlo, como sea, aunque sea en apariencia.

Triple trabajo: luchar contra el propio miedo, luchar contra el miedo ajeno, y tragarse el propio miedo. Callarse.

Se supone que no debes tener miedo porque no hay que tenerlo, pero lo tienes. Y te dicen que no lo tengas aquellos que también lo tienen. Pero su tono es tan poco convincente que te da aún más miedo y tienes que convencerlos que de tú no tienes miedo para que ellos, al menos en apariencia, se tranquilicen y cambien el tono. Y con esa flema conseguida a base de miedo pasas por no tener miedo, pero lo tienes. Y además, encima, tienes rabia.

Qué maravilla de sistema de fortalezas apuntaladas unas en otras. Castillo de naipes.

Aquí lo digo porque debo decirlo en alguna parte, por eso de si las palabras sirven para exhorcizar algo, ojalá. Estoy serena, tranquila, resignada, pero tengo miedo. Miedo irracional, estúpido o lo que sea, pero mi miedo. Existe, y no lo voy a negar porque negar la evidencia sería mentirme a mí misma, algo que procuro hacer lo menos posible aunque a veces también tenga que recurrir al autoengaño, por eso de la supervivencia y tal.

Tengo miedo y reivindico mi derecho a tenerlo.

12 comentarios

Aber -

El miedo puede llegar a respirarse en los aviones como un tufillo que te electriza el pecho. Yo no he sentido miedo a volar, pero he visto mucho miedo reflejado en los rostros de algunos pasajeros, y he oído suspiros de alivio cuando alguno ha sentido el contacto del tren de aterrizaje en la pista. Y una amiga que me apretaba fuertemente la mano cuando un avión tomaba tierra. Me parecía un miedo natural, como me parecía natural esa excitación infantil en mí a la hora de verme por encima de las nubes y del paisaje.

Gru -

Creo, Aber, que las palabras son una evolución refinada del grito y el llanto, que sirven para lo mismo. Lenitivo, eso.

Lo de objetivar también sirve (mucho), aunque no siempre eres capaz de hacerlo porque hay miedos que no se pueden objetivar de puro viscerales que son.

Parapo, eso que dices es cierto. Mucha gente se las da de segura cuando ve que otro tiene miedo como forma de imponerse. "Yo no tengo miedo y tú sí".

Es cierto que no todos reaccionamos igual ante todos los miedos. Por ejemplo, ante un ratón yo no siento miedo y otras personas sí, pero no creo que sea bueno ridiculizar a estas personas porque el origen de su miedo debe tener alguna causa, aunque nos sea incomprensible. Y creo que el hecho de ridiculizar acentúa el problema y la rabia que esta persona pueda sentir.

Durante una temporada tuve un tremendo miedo a los aviones, cuando antes yo había viajado sin ningún tipo de temor. Montarme en un avión era un suplicio que empezaba días antes de la fecha del vuelo. Tuve la suerte de que a nadie se le ocurrió ridiculizar mi miedo y ahora ya está superado y vuelo con normalidad. No es que me guste coger un avión, pero lo hago sin ningún problema.

parapo -

a mi me encanta el miedo, y me caen mal las personas que lo consideran infantil, y que se las dan de seguros (los actores, por ejemplo,con esa facilidad que tienen para mentir...).

el miedo controlado en el cine, en los deportes de riesgo, en las atracciones de la feria; el miedo incontrolado ante una mujer, ante un profesor, frente a un abismo... miedos en tono menor, lo reconozco, pero divertidos en todo caso.

sí, gru, que no te quiten ese derecho. debería ser constitucional.

Aber -

Sí, las palabras son un gran lenitivo. Creo que el método psicoanalítico se basa en gran parte en el hecho de que la palabra se traduce en catarsis y en curación. Objetivar aquello que nos asusta o que nos confunde, contribuye a darle forma, a tenerlo encarado ante nosotros, por lo que una parte de ese miedo a lo desconocido se desvanece o se atenúa.

Gru -

Sí, es eso, Aber. Y ese tener que mostrar ser absolutamente racional cuando no lo puedes ser no lleva a nada bueno, y lo digo por experiencia.

Se puede convivir con el miedo, claro (es uno más de tantos sentimientos que tenemos, también contradictorios), que no se hace más grande, ni paraliza si no se considera como algo tabú, que no se puede expresar. Cuando se expresa pierde parte de su fuerza terrorífica, y por eso lo he expresado.

Kiri -

ji ji...

Aber -

La anterior Gru no es Gru, sino Aber, que ha puesto el vocativo antes de tiempo.

Gru -

Gru, has explicado muy bien cuáles son esos mecanismos del miedo. Supongo que te ha resultado beneficioso este intento de poner las palabras en orden, de intentar explicar la situación por la que estás pasando.

No es de recibo que te pidan cerrar las puertas al miedo cuando ves ese miedo dibujado claramente en el rostro de la persona que te hace ese ruego. Entonces te sientes con esa pegajosa responsabilidad de hacerte cargo de tu propio miedo, de ocultarlo para que en realidad la otra persona no tenga motivos para sentirlo. Entonces se te exige todo aquello que el miedo consigue anular; debes pensar con claridad, debes ser capaz de tranquilizar a los que te rodean, debes ser racional para soterrar ese sentimiento que te requiere con tanta fuerza.

Hoy lo he leído en La Vanguardia, en las palabras de Albert Sánchez Piñol (cito de memoria): "El miedo es el motor que mueve el mundo".

Gru -

Gracias a los dos. Estoy bien. Tan sólo quería expresar mi derecho a tener miedo, a decir que tienes miedo. Eso de tragarse el miedo en según qué circunstancias no es nada bueno por lo antinatural que es. Al menos, no creo que conduzca a nada fingir que uno puede con todo cuando no es cierto. Y bueno, en una circunstancia personal en la que te enfrentas a una gran incertidumbre, tienes miedo, como es normal, y querrías hablarlo, claro, aunque sea por desahogo, pero te ordenan que no, que no tengas miedo.

¿Cómo se puede dejar de tener miedo por una orden?

Es ese mi cabreo, pero ya lo estoy exhorcizando. Por lo demás, todo bien, con miedo, pero bien.

Gracias de nuevo.

Soil Takada -

Konnichiwa, Gru
Sabes, yo siempre me he creído un tipo valiente y lo he demostrado en muchos momentos de mi vida, en momentos serios en otros sin importancia . El miedo es un sentimiento normal es más , es el propio miedo el que te hace ser valiente sin miedo no habría valientes y supongo que al revés tb .Yo he sentido miedo muchas veces. Cuando estas en un momento en el que tienes realmente miedo , un miedo instintivo sobre el qué o el porqué de la situación , un miedo racional sobre que va acontecer en los minutos posteriores. Cuando estas en un grupo de personas las cuales se dejan llevar por el miedo , se les ve en la cara , y ves que nadie quiere asumir el mando de la nave del miedo ya hundida en la abisales aguas del pavor, entonces sientes la sangre arder te tragas el miedo e intentas tranquilizar a los demás dejando ver lo tranquilo que estas. Castillo de naipes , puede ser, pero no hay nada tan fuerte como un sentimiento, dicen .Un valor infundido es mejor que un miedo conocido y racional , pienso. El verdadero temor se manifiesta en tu interior, re-dirigirlo a tú exterior de una forma u otra es cuestión de las circunstancias en algunos casos, y de tú mente en la mayoría de los casos.

Soil Takada -

En muchos casos debes buscar el apoyo en algo , incluso el ser más solitario necesita un hombro en el que apoyarse, Muchas veces nos empeñamos en querer vencer nuestros miedos solos , gran error. Incluso cuando todos a tu alrededor están aterrorizados puedes apoyarte en ellos , ya que nadie como ellos podrán comprender la clase de miedo al cual te enfrentas. y si no es ese el caso, aquí encontraras apoyo seguro. Saludos.

Kiri -

El miedo tiene utilidad: es una defensa ante el peligro. Es el miedo sin motivo real lo que estorba, porque hace sufrir y no soluciona nada.
No sé cuál es la causa de tu miedo, pero estoy contigo. No son sólo palabras, de verdad estoy contigo.
Escríbeme si me necesitas.

Un beso grande, grande, grande, grande. Y grande.