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grullas

De ofidios y tal

Subíamos a Agios Georgios, un monte perdido en una isla griega, para ver una ermita en lo alto (la verdad es que la ermita me interesaba bien poco, pero el camino me gustaba por lo frondoso del paisaje y porque me gusta andar) cuando nos encontramos una serpiente en el camino. Era enorme, de casi dos metros lo menos. Me quedé paralizada en el instante. Le avisé. Él se llevó un susto y le dije que se retirara un paso y se quedara quieto. Tras unos instantes, la serpiente, a la que tampoco le gustábamos nosotros, se retiró yendo a esconderse sinuosamente en unos arbustos y nosotros continuamos el camino con desconfianza, mirando bien el camino por el que pisábamos no fuera a ser que nos encontrásemos con otra sorpresita.

Tras un rato, y dadas mis pocas ganas de caminar en esas condiciones, decidimos bajar, con lo que nos encontramos con un guardia forestal que estaba bastante pirado ("pirofilos", se dice guardia forestal en griego) y nos acompañó hasta el final del trayecto hablándonos en un inglés mezclado con griego y otros cuantos retazos de idiomas existentes o por existir, de cosas peregrinas, entre otras de Julio Anguita, lo que me dejó bastante perpleja. ¿Cómo un guardia forestal pirado que no sabía donde estaba "Ispania" (al principio dijo que estaba al lado de Suiza hasta que la identificó al lado de Portugal), que trabajaba en un monte perdido, en las profundidades de una isla griega bastante profunda, nos hablaba de Aznar, Zapatero, y Anguita? En fin, que casi me da más miedo el guarda que la serpiente. Lo sobornamos al llegar al coche dándole una fruta, que menos mal, no pensó que estuviese envenenada.

El caso es que siempre he creído que mi miedo por las serpientes era un prejuicio educacional. Eso me dijeron. No puedo soportarlas y me paralizo en cuanto veo una de ellas. Y claro, he escuchado de todo, que si era una influencia de la Biblia por lo de Adán y Eva (tuve educación laica y ni siquiera he hecho la comunión), que si era miedo fálico (tampoco es que me den mucho miedo y tal), que si era un prejuicio etc.

Y el otro día, viendo Redes (reconozco que me he aficionado al programa del Punset), Jesús Mosterin, filósofo, dijo que el miedo a los reptiles y las serpientes, concretamente el quedarse paralizado, es "genético", o sea, un miedo necesario para la supervivencia, al menos en los años en los que éramos monos y nos encontrábamos con serpientes. Un miedo primario, vamos. Y yo toda la vida escuchando lo del símbolo fálico y tal cuando se trata de un miedo que tiene millones de años de existencia y que es anterior a Freud, la Biblia y el psicoanálisis. ¡Hay que joderse!

El caso es que he conocido personas, entre ellas mi madre, que no tenían ningún miedo por las serpientes e incluso les gustaban. Mi madre me contaba que en verano, en el campo donde pasaba sus vacaciones, se ponían culebras a modo de cinturón para refrescarse, costumbre también "arraigada" en China, porque una amiga de esta nacionalidad me dijo que también hacía eso. Me temo que no he heredado los genes maternos en este caso porque a mí me da un yuyu tremendo, pero le estoy muy agradecida a Mosterin por su aclaración al respecto de este miedo en concreto. En Boulesis (mis enlaces) hay una entrevista realizada a Mosterin en la que cuenta, de una forma superficial, porque el tiempo no daba para más, cosas interesantes. Un descubrimiento, este hombre, al menos para mí porque dice lo que me gusta oir, claro.

Entrevista con Jesús Mosterin I

Entrevista con Jesús Mosterin II

17 comentarios

Ericillo -

Evidente, evidente lo del símbolo fálico, juas!

Soil Takada -

La primera vez que vi una serpiente de cerca, fue encima de una compañera que estaba bailando , estaba emulando a Salma Hayek , la verdad me quede helado...pero no precisamente por la serpiente. Recuerdos tan buenos como estos deberían asaltarme todos los días. No entiendo de estos bichos pero creo que era una pitón albina, y la que bailaba ..luego me di cuenta de que era un víbora de las malas xp. Ambas prodigiosas físicamente , una más que otra para que engañar, es una pena el veneno de su boca. En fin me quedo con la estampa tan molona de cuando apareció y todos nos quedamos congelados...por la pitón unos por la víbora otros.
Sayonara.

Gru -

Es esa primera reacción, la de quedarse de piedra, como si te hirviera la sangre, la que podría considerarse como el miedo genético. Porque es la reacción más adecuada, ya que al no sentirse atacada, la serpiente huye. Sin embargo, si avanzas como si nada, puede sentirse atacada y picar. Que luego te gusten estéticamente o por diversas razones ya es otro asunto. Me ha parecido interesante tu aportación, porque has explicado la primera reacción, que es la que me interesa. Yo también me paralizo.

Aber -

Pues a mí las serpientes me resultan indiferentes más bien, aunque debo decir que guardo cierta simpatía hacia ellas. Cuando me he encontrado con alguna de ellas, se han retirado discretamente y no me han molestado. Sí que es cierto que la primera reacción es la de quedarse de piedra, como si se te helara la sangre. Cuando te recobras, piensas que no es para tanto; será porque las que he visto eran pequeñajas, aunque venenosas, eso sí. Digo yo que debe de ser peor un elefante cabreado o algo así. Por lo menos, impone.

Gru -

Khandi, muy cerca no es que estuvieran Ariadna y Dionisio, ellos andaban con el coqueteo en las Cícladas y yo estaba en las Jónicas. El continente por medio. No pude verlos y darles recuerdos de tu parte.

Gru -

No está en mi mano saber si es un miedo genético o no, claro, pero si lo fuera, creo que tendría más que ver con la supervivencia que con el hecho de ser "diferentes". Los pájaros también son diferentes y no dan miedo, al menos no tanto, aunque hay gente que también desarrolla fobias con respecto a ellos.

Es posible que entre los miedos a los animales haya de todo: miedos genéticos y miedos aprendidos y sea difícil saber cuáles son unos y otros.

khandika -

... y cerca de allì se daban aquellos diàlogos en la isla de Naxos entre Ariadna y Dionisio.

Kiri -

Y la verdad es que debe ser dificilísimo saber si ese miedo es genético. Puede muy bien ser aprendido, como apunta parapo.

Kiri -

Gracias, Gru.
Sí, yo creo con Subci que los reptiles son demasiado diferentes y tal vez por eso nos causan un rechazo tan visceral.
Son fríos y reptan.

Gru -

Subci, yo lo he interpretado como un símbolo fálico, claro. ;-P

Gru -

Hombre, Subci, me alegra verte por aquí. :-)

A mí las cucarachas, las arañas y los ratones no me dan miedo, sin embargo los perros grandes y los los depredadores grandes mamíferos me dan mucho respeto. En fin, que no sé.

subcielo -

...Eso último era un hombrecito tumbado guiñando un ojo y sancando la lengua...

(Interprétese al antojo de cada cual.)

Gru -

Kiri, he enlazado en el texto la entrevista con Jesús Mosterin. Es bastante superficial, pero más o menos se ve por donde va este hombre.

subcielo -

Yo creo que es miedo a lo "diferente" en sentido biológico, es decir, los reptiles y los insectos son tan diferentes a los mamíferos que saltamos despavoridos al ver una insignificante cucaracha; pero cuando observamos un tigre en el zoo nos dan ganas de entrar a la jaula y acariciarlo como un gran peluche. Aunque vamos, sólo es una explicación más; supongo que cada cual tendrá sus historias con los traumas y las fobias.

Lo del símbolo fálico tampoco pienso que sea descartable... ;-P

Gru -

Kiri, ahora lo busco y lo enlazo.

Parapo, puede ser que el niño hubiese heredado los genes de la madre. ;-)

En fin, que no sé.

parapo -

en un documental de la tele decían que los niños, al ver algo nuevo, miran a la madre automaticamente. si la ven asustada se asustan, pero si ella permanece tranquila, ellos bajan la guardia. para ejemplificar le teoria le metieron al bebe (de dos años como mucho) una boa en la cuna. la madre no se inmutó. en niño se puso a jugar con la serpiente, sonriendo.

Kiri -

No lo hallo en la página, muñeca. Y el tema me mola, porque es una cosa primitiva y tal.
A mí también me dan pánico las serpientes. Me producen escalofríos, y eso que, mirándolas fríamente, me resultan bonitas.
Es como si me imaginara que reptan por mi espalda y...uff...
Eso, corazón de melón, que si me indicas más la entrevista a Mosterin, que estoy despistadilla.