Sonrisas del norte
Siempre me preguntan, como frase hecha, (me imagino que para decir algo) que cómo puedo soportar este clima tan horrorosísimo con lo bien que se vive en el sur con el solecito ese tan molón, la marcha de la gente etc. Y yo digo que vivo aquí, en el norte, y que vivo muy bien así, que disfruto de lo que hay y me bajo al sur de vez en cuando a torrarme. Pero me imaginan muy "infeliz", porque según dicen, la gente de aquí es muy sosa y aburrida. Y sí, claro, no están todo el día en plan lolailo, vamos, que no son la alegría de la huerta precisamente.
Y me pregunto entonces por qué percibo tras mis periplos por internet que hay mucha gente en España que tiene serios problemas de depresión a pesar del sol radiante, la dieta mediterránea y la vida marchosa y ocurrente cien por cien que llevan. Lo lógico sería que fuésemos los que vivimos en el norte los que deberíamos estar así.
Y el caso es que, cada vez que voy a Madrid, veo a la gente más amargada, con los rostros y la expresión crispada y una mirada de mala leche que echa para atrás. Aquí, mis sosos te miran y te sonríen por la calle. Es normal, si se cruza la mirada casualmente con alguien desconocido, regalar una sonrisa en lugar de desviar la mirada o poner cara de perro a punto de morder. Y además, da igual que el desconocido sea hombre o mujer, porque esa sonrisa no es más que eso, una sonrisa, sin ninguna otra intención que la de sonreir.
Y por esas sonrisas anónimas diarias perdonas las nubes, el viento, el frío y el hecho de mojarte cada dos por tres. Si quieres perdonar, claro, porque también puedes dedicarte a amargarte la vida y añorar ese sol que aquí se deja ver menos. De hecho, la vida te la puedes amargar en cualquier parte. Mismamente, bajo el sol de Madrid.
Y me pregunto entonces por qué percibo tras mis periplos por internet que hay mucha gente en España que tiene serios problemas de depresión a pesar del sol radiante, la dieta mediterránea y la vida marchosa y ocurrente cien por cien que llevan. Lo lógico sería que fuésemos los que vivimos en el norte los que deberíamos estar así.
Y el caso es que, cada vez que voy a Madrid, veo a la gente más amargada, con los rostros y la expresión crispada y una mirada de mala leche que echa para atrás. Aquí, mis sosos te miran y te sonríen por la calle. Es normal, si se cruza la mirada casualmente con alguien desconocido, regalar una sonrisa en lugar de desviar la mirada o poner cara de perro a punto de morder. Y además, da igual que el desconocido sea hombre o mujer, porque esa sonrisa no es más que eso, una sonrisa, sin ninguna otra intención que la de sonreir.
Y por esas sonrisas anónimas diarias perdonas las nubes, el viento, el frío y el hecho de mojarte cada dos por tres. Si quieres perdonar, claro, porque también puedes dedicarte a amargarte la vida y añorar ese sol que aquí se deja ver menos. De hecho, la vida te la puedes amargar en cualquier parte. Mismamente, bajo el sol de Madrid.
10 comentarios
Erizo -
Juas
Siempre se ha dicho que el carácter sureño es más abierto que el norteño, éso pasa en todos los países que tienen N y S jajaja!!
pokapeski -
Y os lo cuento desde muy al norte, asi que va por los del norte y del sur del Sur.
parapo -
Fri -
Cini -
Bambi, creo que es eso del "España va bien". Ahí se ve que quizás no vaya tan bien.
Fri -
El caso es que las causas de la depresión son muy variadas, y aunque puede influir la falta de sol, en muchos casos tienen más que ver el entorno, las circunstancias y la educación recibida. Y claro, eso de que en España son todos tan felices es un mito. Abro bitácoras, foros, páginas web y veo casos de personas que lo están pasando realmente mal, muy mal. Por aquí también hay gente que lo pasa mal, claro, eso ocurre en todas partes, pero creo que el tópico de "qué bien que se vive etc." está un poco fuera de la realidad.
Por otra parte, el tener que estar alegre por obligación puede ser una causa de depresión. Qué pesaditos se ponen con eso de obligarte a estar de una determinada manera, o quizás no a "estar", sino a "mostrar que se está".
Y también, creo que debe influir mucho el medio en los andaluces para eso de los estados extremos de alegría o tristeza. No creo que sean todos así, pero es lo que se lleva como comportamiento social "aceptado". Eso es complejo, porque así como en ciertos lugares se reprimen esos sentimientos extremos, en otros parece que tienes adoptarlos para formar parte de la sociedad.
En ambos casos, un grupo social presiona sobre el manejo de los propios sentimentos, lo que puede causar numerosos problemas emocionales.
Bambolia -
parapo -
parapo -
pd: comprendanme, por favor, no son conceptos absolutos, no es qe vengas aqui y te pongas a bailar, es una cuestión más sutil pero para mi clarísima.
Aberlour -
Lo que me fastidia es que la gente asocie lo "lolailo" a la idea de felicidad. Que tengas que estar continuamente alegre, que tengas que ser marchoso y bailar y etcétera. A mí no me da la gana. Que me llamen lo que quieran.
Siguiendo la estela de los tópicos, también he comprobado que los andaluces tienen, por contrapartida, un gran "espíritu trágico". Pueden estar muy dotados para la alegría, pero de la misma manera lo están para lo trágico y lo melodramático.