Ser de
A mí también me gustaría ser de algo. Tener una palabra mágica de esas que todo lo solucionan. Eso de decir "soy de tal o cual ideología, de tal o cual religión" y exhibir orgullosa toda una serie de virtudes que van inherentes. Porque está claro que si eres de, eres ya por ello tolerante, abierta, inteligente, sensible, concienciada, honesta, altruista y responsable. Y si eres de, ya eres patriota, honrada, entregada, leal, digna, íntegra y con principios. Si eres de, puedes considerarte ya por ello bondadosa, virtuosa, sensible, amable, humilde, casta y caritativa. Mientras que si eres de puedes considerarte merecedora del paraíso a causa de todas estas virtudes y otras muchas acumuladas.
Mola ser de por el lote que lleva implícito. Da igual que luego, en la realidad, todas esas virtudes no se cumplan, pero eso son efectos colaterales de mínima importancia. Eres de. Perteneces a. La línea recta, cual autopista francesa, ya está construída, y no tienes más que montarte en tu cuerpo y pisar el acelerador sin mirar atrás ni a los lados, no vaya a ser que se te escape una cualidad por el camino y te des cuenta. Porque el hecho de que las virtudes se escapen, en sí no es importante. Lo importante es no darse cuenta y creer que las llevas todas en la mochila, bien ataditas. Esa fe es la que cuenta.
Por ejemplo, si eres de y, consecuentemente, eres tolerante, aunque insultes a los que son de (contrarios, claro está), sigues siendo de, por lo que la tolerancia se supone y se acepta. Puedes insultar que seguirás siendo tolerante. ¡Faltaría más!
Y si eres de y, por supuesto, eres honrado, podrás robar dismuladamente lo que te venga bien, que seguirás siendo honrado porque eres de y no hay más que hablar.
Yo también quiero ser de y tener virtudes tan molonas. Mola. Lo que no mola es ser, así a secas. Por ser no hay virtudes ni ventajas, ni te dan vales de descuentos en el supermercado de cualidades y valores.
Mola ser de por el lote que lleva implícito. Da igual que luego, en la realidad, todas esas virtudes no se cumplan, pero eso son efectos colaterales de mínima importancia. Eres de. Perteneces a. La línea recta, cual autopista francesa, ya está construída, y no tienes más que montarte en tu cuerpo y pisar el acelerador sin mirar atrás ni a los lados, no vaya a ser que se te escape una cualidad por el camino y te des cuenta. Porque el hecho de que las virtudes se escapen, en sí no es importante. Lo importante es no darse cuenta y creer que las llevas todas en la mochila, bien ataditas. Esa fe es la que cuenta.
Por ejemplo, si eres de y, consecuentemente, eres tolerante, aunque insultes a los que son de (contrarios, claro está), sigues siendo de, por lo que la tolerancia se supone y se acepta. Puedes insultar que seguirás siendo tolerante. ¡Faltaría más!
Y si eres de y, por supuesto, eres honrado, podrás robar dismuladamente lo que te venga bien, que seguirás siendo honrado porque eres de y no hay más que hablar.
Yo también quiero ser de y tener virtudes tan molonas. Mola. Lo que no mola es ser, así a secas. Por ser no hay virtudes ni ventajas, ni te dan vales de descuentos en el supermercado de cualidades y valores.
5 comentarios
Noamanda -
Fri -
Más que nada hablo de los que se ponen una bandera (que también puede ser la de haber nacido en un determinado lugar, tener la piel de un color, o incluso pertenecer a un club de futbol) y se adjuntan por ello toda una serie de cualidades supuestamente implícitas. Y están tremendamnte seguros y felices de tener todas esas cualidades. Y sí, es cierto que las generalidades estereotipan.
Bambolia -
Se tiende a reducir para comprender y la reducción tiene un problema importante: generaliza de tal manera que estereotipa.
Kiri -
:-P
parapo -