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Detergente para principios

Detergente para principios No sé quién estaba el otro día hablando por ahí de valores y principios y lo que mola tenerlos y heredarlos. A uno se le llena la boca de orgullo racial en cuanto pronuncia estas palabras mágicas. Yo también quiero unos, que no estén muy mal de precio y no encojan al primer lavado. Porque eso es lo que tienen los principios, que son muy blanquitos y se ensucian enseguida. Y al lavarlos encojen un montón, y se vuelven a ensuciar además al primer revolcón por el barro.

Y bueno, que encojan se puede soportar si uno no se pone a engordar mucho, pero hay algunas manchas que resisten, las jodidas. Y los detergentes convencionales, nada, que no hacen milagros. Y siguen las manchas ahí, y uno tiene que intentar cambiar de principios o heredar otros, que mola eso de que le salgan antepasados a uno con principios antiguos y tal. Lo malo es que cuestan un montón, y lo peor es saber llevarlos, porque para llevar unos principios relucientes uno tiene que estar muy convencido de que son lo mejor que hay, claro, y desechar los antiguos. Es como la moda.

Ando buscando un detergente para principios que quite las manchas y respete las fibras, y ya puestos, que no sea nocivo para el medio ambiente. Es por eso de ahorrar y tal. Que no estamos para dispendios de andar cambiando de modelito de principios cada dos por tres. Si no hay detergente adecuado no me compro los principios, por eso de que para llevarlos sucios mejor ir a pelo, que es más ecológico y natural.

13 comentarios

Fri -

Sí, Kiri, lo de la normalidad es muy relativo. Cuando se refieren a algo "normal" es que hagas lo mismo que ellos para que no te critiquen, o sea, que caigas en su juego de mangonearte la vida. Pero dudo mucho que esas normalidades impuestas para evitar la crítica sean realmente satisfactorias.

Y además me ocurre que esa normalidad no suele ser muy normal, porque muchas veces carece del más mínimo sentido común.

Kiri -

Bueno, pues no creo que haga falta que nadie venga a estas alturas a decirlo, porque es de perogrullo, pero, si una cosa se aprende con los años, es que las calificaciones morales de unas personas rara vez sirven para otras. Aunque sean de tu familia.
Ahora bien, lo de ser rara y estar fuera de "lo normal" en tu familia, lo tengo yo asumido desde hace años. Es verdad que jode, pero terminas pensando que allá ellos. Sobre todo cuando ves claramente que su vida tan normal, no es mejor que la tuya ni por el forro.
Somos un país medieval en muchas cosas aún.

Fri -

Yo tampoco he tenido nunca unas bragas malva, pero sí azules. ¿Valen las azules para ser chic?

Camiseta chic, a mí también me superan los principios que se supone debemos seguir todos para ser tan reguays. Luego resulta que esos principios se resquebrajan por el camino a la primera de cambio.

Fri -

Bueno, no son los beatones los únicos en sacar todo el rato sus principios. Hay de todos los pelajes.

No hacer daño gratuitamente no es un principio, es algo natural. Me refiero a que no es una convicción moral. Incluso, en la naturaleza, los animales depredadores cazan cuando tienen hambre, pero no por deporte.

Hacer daño, por hacer daño, como tú dices, es una enfermedad.

La de la camiseta chic -

La verdad es que nunca he tenido unas bragas malvas. Tendré que probarlo, a ver qué tal me siento. ¿Es como lo de las compresas con alas?

Yo ando algo caliente con los principios, Kiri. Hace dos semanas tuve un importante enfrentamiento familiar por algo tan arcaico como "respetar" mi buen nombre y por extensión el de mi familia. Y mira que me jode, porque se trata todo de que cuando lo que esperan de ti, no ocurre y pasa algo que no saben cómo catalogar, entonces es que no te haces de respetar... y ya estoy harta. Me supera. Me reboto. Mucho.

Kiri -

Finalmente, quiero añadir que eso del desteñimiento de una prenda roja en la lavadora, me pasó a mí con unas bragas azules. Y estoy muy satisfecha del resultado, porque quedaron malvas. Y esto cambió mi vida, ya que yo nunca me había puesto unas bragas malvas.
Y vamos, no hay color.

Kiri -

Eso se llama hipocresía. Es una cosa muy de beatones y tal.

No sé si me explico.

En fin, el principio más sano, para mi manera de ver, es procurar no hacer daño por hacer daño. Porque, si uno tiene deseos de hacer daño por hacerlo, lo que tiene que hacer es ir al centro de salud más cercano.

Es que, no sé, acabo de leer una recriminación en un foro.
Un tarado en plena incontinencia forera, recriminando un comportamiento que, según su extraña escala de valores, es recriminable, resulta la cosa más ridícula del mundo.

Es como la madre del de Psicosis, pero en calvo.

Bueno, esto son cosas mías y lo mismo no tienen ná que ver con ná.

Fri -

Cada vez que oigo a alguien aludir a sus principios y lo contento que está de tenerlos me da un poco de yu-yu. Sí, porque normalemente los usan para joder la vida a los demás. Además, como son un tanto rígidos e inamovibles, no tienen más remedio que saltárelos si quieren salir adelante, y claro, se los saltan, pero sin reconocer que se los han saltado.

Kiri -

Yo sí tengo principios, pero no se los dejo a nadie.
Que se me gastan.

La Desparramada Desprincipada -

Yo no tengo principios, lo siento. Tengo finales. Me miro los pies y veo que los zapatos tienen una punta redodeada, y entonces pienso que sí que aunque yo carezco de principios, sí que sigo los de los demás: el principio básico de un buen podólogo es el de que los pies han de vestirse con calzado cómodo y holgado. Y yo soy muy poco dada a pensar por mi misma, con lo que le hago caso al podólogo. Luego me pasa lo mismo con el nutricionista: dice que el principio básico de una dieta sana es desayunar como si de una comida se tratase, pero claro, cosas saludables -¿qué es lo saludable? me pregunto- como fruta, queso fresco y tostadas con aceite y sal. Y como lo dice el nutricionista y sabe mucho, pues yo lo cumplo; pero ya digo, sin pensar demasiado, que voy ahorrando neuronas por si algún día descubren que existe una enfermedad llamada "desgaste de cerebro", al igual que existe le desgaste de huesos...

La Despa con Principios activos -

Anoche puse una lavadora y tuve suerte: no recordaba que el pantalón rojo desteñía tanto y a pesar de haberme manchado una toalla de lavabo -perdón, de tocador- me ha rejuvenecido una camiseta muy chic que tenía el malva un poco apagado. La toalla no me importa porque ya estaba manchada con cinco o seis rodales de un color difuso, tirando a negro. Y mira que he probado casi de todo para quitarlas... al final, han acabado como utillaje de resistencia: las que empleo para enrollarmelas en la cabeza, después de la ducha.

¿Esas manchas serán de principios caidos en desuso? ¿O quizás es que yo no he sabido respetar alguna norma y la lavadora me lo ha recordado?

Sinceramente, las lecciones de moral es algo que me sobrepasa. Y que me digan que he de respetar unos principios de... eso me supera. Me pone de muy mala leche. Cada vez tengo más claro que lo mejor, para no ser señalada con el dedo, es ir a la chita callando, o como se ha dicho siempre: que tu mano derecha no sepa qué hace la izquierda. Me da igual que me tachen de falsa, de poco sincera, de mentirosa... ¿y? Anda ya...

Lo siento, me supera este tema, :-(

Fri -

Me has descolocado. Si se manchan los principios me pongo un sombrero... No queda mal, así como sentencia, pero lo veo un poc surrealista. :P

parapo -

hay una manera de actuar muy "útil": si se te ensucia la camisa ponte un sombrero. la mancha seguirá ahí, pero dará igual: nadie se fijará en ella, sobre todo si el sombrero es de esos llamativos ;)