Existen unos peces tropicales hembras que al llegar a la menopausia peceril se convierten en machos. Siempre me ha llamado la atención este dato por lo que tiene de extraordinario en la naturaleza, pero el problema no es ése, sino la identificación que hace muchos años (era muy joven y con demasiada imaginación) yo hice entre los peces que mutan el género y ciertas mujeres que, al llegar a cierta edad, se transforman perdiendo el aspecto femenino.
Me llama la atención en ellas el pelo corto y el aspecto descuidado, así como la acumulación de grasa abdominal y la indiferencia con la que se visten. No es una crítica porque creo que cada cual se viste como quiere, pero me da la impresión de que han perdido la sexualidad. Es como una negación de la sexualidad parecida a la que se da en otros grupos sociales, como los adolescentes cuando se niegan a aceptar su cuerpo, las religiosas, los monjes... (Aber me dirá que he puesto puntos suspensivos porque no sé cómo acabar la frase, y es verdad: fallo de memoria. Bueno, que si encontráis alguno más para añadir a la lista me lo digáis)
Algunas de estas mujeres han sido madres, otras no, pero la negación de la sexualidad (al menos en el aspecto) cuando se llega a cierta edad está bien vista de una cierta forma. Digamos que ese aspecto descuidado indica, en nuestros códigos, que son personas muy ocupadas, nada egoístas por haber entregado su vida a los demás (sus hijos, su marido, sus padres, asociaciones benéficas) y con ausencia de narcisismo. Es por eso, posíblemente, por ocuparse contínuamente por los demás, por lo que no encuentran tiempo ni interés en ocuparse de si mismas. Y da la impresión de que, mientras más se niegan a si mismas, más se ocupan.
Y es que esta sociedad ve bien, o ha visto bien hasta hace bien poco, la negación de uno mismo, y eso se nota también en los distintos movimientos, aparentemente rompedores que aparecen entre la gente más joven: góticos, punkies
Me llama la atención en ellas el pelo corto y el aspecto descuidado, así como la acumulación de grasa abdominal y la indiferencia con la que se visten. No es una crítica porque creo que cada cual se viste como quiere, pero me da la impresión de que han perdido la sexualidad. Es como una negación de la sexualidad parecida a la que se da en otros grupos sociales, como los adolescentes cuando se niegan a aceptar su cuerpo, las religiosas, los monjes... (Aber me dirá que he puesto puntos suspensivos porque no sé cómo acabar la frase, y es verdad: fallo de memoria. Bueno, que si encontráis alguno más para añadir a la lista me lo digáis)
Algunas de estas mujeres han sido madres, otras no, pero la negación de la sexualidad (al menos en el aspecto) cuando se llega a cierta edad está bien vista de una cierta forma. Digamos que ese aspecto descuidado indica, en nuestros códigos, que son personas muy ocupadas, nada egoístas por haber entregado su vida a los demás (sus hijos, su marido, sus padres, asociaciones benéficas) y con ausencia de narcisismo. Es por eso, posíblemente, por ocuparse contínuamente por los demás, por lo que no encuentran tiempo ni interés en ocuparse de si mismas. Y da la impresión de que, mientras más se niegan a si mismas, más se ocupan.
Y es que esta sociedad ve bien, o ha visto bien hasta hace bien poco, la negación de uno mismo, y eso se nota también en los distintos movimientos, aparentemente rompedores que aparecen entre la gente más joven: góticos, punkies
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