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Magias

Anoche, en un interesante reportaje sobre la Reina de Saba y el Rey Salomón, un rabino judío, estudioso de la Cábala dijo que Salomón era un gran mago que volaba sobre un águila: "evidentemente, las águilas de entonces eran mucho más grandes que las de ahora, porque en una actual no hubiese cabido" dijo con convencimiento.

Hace años, un viejo pescador bretón, hombretón recio y simpático que en Gloria esté, me dijo que una vez, estando un poco borracho, se le había aparecido el Diablo al lado de un menhir.

Y tiempo atrás una chica que a mí me daba miedo (ni la compasión pudo con el rechazo visceral que yo sentía hacia su persona) se quedó parapléjica en accidente de tráfico: la culpa del accidente no la tuvo el conductor, ni otro conductor, ni el estado del coche, ni las condiciones climatológicas o de la calzada, ni siquiera la mala suerte. La culpa la tuvo un tenor que, envidioso de la voz de otro, hizo magia negra para que este se muriera, con tan mala suerte (torpe que era en la magia) que el accidente de tráfico destinado al tenor envidiado, dejó parapléjica a una amiga de éste y él salió ileso.

Evolutivamente, aquellos que creen en lo sobrenatural están en superioridad de condiciones porque se desgastan menos. Siempre encontrarán la excusa adecuada a sus deseos y no perderán el tiempo en fustigarse ni tendrán miedo a morir.

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