Chantajes a la carta
¿Cuántos chantajes emocionales soportamos al año? ¿Se pueden contar? ¿Programar?
Estaría bien que fueran en fila india, embaladitos, como en una cinta transportadora y apareciesen sólo los días pares o impares, por eso de descansar y recuperarse entre chantaje y chantaje. Una utopía más, por supuesto, de tantas.
Veo como se cocinan ya los chantajes venideros, esos que están a la vuelta de la esquina, y siento ya cierta rabia anticipada. Otra vez toca el desagradable papel de marcar territorios, de ser una persona implacable, o al menos parecerlo. "Comprende que", se supone que mi comprensión es ilimitada, sin embargo el que lo dice no se para a comprender que no tengo por qué comprender. "Cede para que X esté contento" Se supone que para mí es muy importante que X esté contento, pero el caso es que me importa más estar contenta yo. X anda mucho más pendiente de sus necesidades que de las mías, aunque disfraza de sacrificio lo que supuestamente hace por mí, que, por otra parte, yo no le pido.
Hay personas que, por desgracia, sólo saben funcionar en clave chantaje. Ni siquiera son conscientes de ello. Lo curioso es que están absolutamente convencidos de su altruismo, bondad y actitud desinteresada, por lo que es imposible que, en un momento dado, se den cuenta de lo que hacen. Y hagas lo que hagas, ellos se han puesto en la piel del sufriente, por lo que a ti te toca la piel del malo que hace sufrir. Un rol cansado, este de malo, porque el bueno, convencido de que la razón e incluso el Reino Celestial están de su parte, no para de insistir en convertirte, en un ejercicio de proselitismo pesado y lloroso al que sólo puedes responderle, si no quieres convertirte en una marioneta de la bondad, con dureza. Y esa dureza le convence aún más de que es una víctima y se pone más pesado, aunque lo disfruta mucho, todo hay que decirlo.
El caso es que yo no disfruto nada teniendo que ser dura e implacable. Sé que a los chantajistas les mola mucho, porque sufren gratis y se autoconvencencen de lo buenísimos que son, pero a mí no me aporta ningún beneficio. Ése es el problema. Tengo que aprender a sacar algún tipo de beneficio de esto, por lo menos que me dé para comprarme un traje a lo Cruella Devil para la performance.
Estaba pensando en poner un negocio de chantajes a la carta con lloros, sin lloros, con acusaciones directas o indirectas, al gusto del consumidor. Según el tipo de chantaje se cobra más o menos (se pueden hacer ofertas por grupos y promociones especiales de Navidad).
Por supuesto que todo lo hago por altruismo y eso, por los demás, porque nunca jamás de los jamases pienso en mí (lloros *).
* Todavía no me salen lo lloros muy bien (sí, ya sé que están desafinados), pero ya veréis: estoy aprendiendo la mar de bien a chantajear, e incluso creo que va a ser mi nueva vocación. Mola.
Estaría bien que fueran en fila india, embaladitos, como en una cinta transportadora y apareciesen sólo los días pares o impares, por eso de descansar y recuperarse entre chantaje y chantaje. Una utopía más, por supuesto, de tantas.
Veo como se cocinan ya los chantajes venideros, esos que están a la vuelta de la esquina, y siento ya cierta rabia anticipada. Otra vez toca el desagradable papel de marcar territorios, de ser una persona implacable, o al menos parecerlo. "Comprende que", se supone que mi comprensión es ilimitada, sin embargo el que lo dice no se para a comprender que no tengo por qué comprender. "Cede para que X esté contento" Se supone que para mí es muy importante que X esté contento, pero el caso es que me importa más estar contenta yo. X anda mucho más pendiente de sus necesidades que de las mías, aunque disfraza de sacrificio lo que supuestamente hace por mí, que, por otra parte, yo no le pido.
Hay personas que, por desgracia, sólo saben funcionar en clave chantaje. Ni siquiera son conscientes de ello. Lo curioso es que están absolutamente convencidos de su altruismo, bondad y actitud desinteresada, por lo que es imposible que, en un momento dado, se den cuenta de lo que hacen. Y hagas lo que hagas, ellos se han puesto en la piel del sufriente, por lo que a ti te toca la piel del malo que hace sufrir. Un rol cansado, este de malo, porque el bueno, convencido de que la razón e incluso el Reino Celestial están de su parte, no para de insistir en convertirte, en un ejercicio de proselitismo pesado y lloroso al que sólo puedes responderle, si no quieres convertirte en una marioneta de la bondad, con dureza. Y esa dureza le convence aún más de que es una víctima y se pone más pesado, aunque lo disfruta mucho, todo hay que decirlo.
El caso es que yo no disfruto nada teniendo que ser dura e implacable. Sé que a los chantajistas les mola mucho, porque sufren gratis y se autoconvencencen de lo buenísimos que son, pero a mí no me aporta ningún beneficio. Ése es el problema. Tengo que aprender a sacar algún tipo de beneficio de esto, por lo menos que me dé para comprarme un traje a lo Cruella Devil para la performance.
Estaba pensando en poner un negocio de chantajes a la carta con lloros, sin lloros, con acusaciones directas o indirectas, al gusto del consumidor. Según el tipo de chantaje se cobra más o menos (se pueden hacer ofertas por grupos y promociones especiales de Navidad).
Por supuesto que todo lo hago por altruismo y eso, por los demás, porque nunca jamás de los jamases pienso en mí (lloros *).
* Todavía no me salen lo lloros muy bien (sí, ya sé que están desafinados), pero ya veréis: estoy aprendiendo la mar de bien a chantajear, e incluso creo que va a ser mi nueva vocación. Mola.
8 comentarios
Gru -
Tengo jodido el teclado espan=ol, asi que he puesto el ingles sin acentos ni en=e ni nada. Un asco de teclado. A ver cuando arreglo el problema y puedo postear otra vez.
Bambolia -
Kiri -
Gru -
Gru -
Bambi, es posible que tdos chantajeemos en alguna ocasión, pero la diferencia está entre darse cuenta de ello y parar a tiempo y convertir el chantaje en el único medio de relación. Y me da la impresión de que tú sueles darte cuenta de las cosas y evitas caer en esas prácticas. El chantaje se nota en todo, en la forma de expresarse, de relacionarse, y durante el tiempo que llevo leyéndote (en unos meses serán tres años) nunca te he visto chantajear a nadie.
Miranda -
Es que esto de los chantajes se parece bastante al asunto de los malos modos.
¿No habeis tratado nunca con alguien intratable? Sí, de esos que si se les lleva la contraria gritan.
Pues en esos casos, como en este, lo mejor es la indiferencia. No discutir, no dialogar (de hecho se alimentan de palabras -buenas o malas-) no entrar al capote.
Si se entra en conversación ya somos su presa, porque dominan el asunto de dar la vuelta a las cosas, y cada frase es un argumento para su voracidad.
Ni caso.
Y cuando en pleno desconcierto pregunten que demonios pasa, por qué no hablamos (o nos quejamos o justificamos) la respuesta es: porque he aprendido que no sirve de nada, tú no evolucionas...yo sí.
Y prou!
Un chantajista, un mala leche, un histérico, es decir, un egoista (entiéndase el "un" como genérico, que ahora hay que explicar hasta lo que está bien con tanto @)lo que necesita son presas y público.
Teatro vacío. Que hagan taichi.
Besos.
M.
Bambolia -
Kiri -
Es un coñazo inaguantable que la gente funcione así.
Y sí, mira, en esos casos igual lo mejor es poner de manifiesto que tú también estás ahí y eres digna de toda clase de consideraciones. Con lloros, con victimismo. Con autobeatificación. Con lo que sea.
Es el único lenguaje que mucha gente entiende.
Hay que joderse.