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grullas

Hace unos días estuve viendo la magnífica película de Serguei Bodrov "El prisionero del Caúcaso", basada en un relato homónimo de Tolstoi pero llevada a la pantalla grande tomando como referencia la situación actual en Chechenia. Me gustó porque refleja bien dos puntos de vista (el ruso y el checheno individual) sin caer en la tan fecuente demagogia que muchas veces hace que se defienda a auténticos sanguinarios que con la excusa que sea (libertad, independencia)para obtener el poder, se montan en el carro de las víctimas mientras se dedican a cargarse gente por gusto. Al menos, los psicópatas no ideológicos, los de toda la vida, vamos, matan por placer, porque son así, sin inventarse eso de que lo hacen por los demás etc.

Me gustó porque enfocaba al individuo arrastrado por las circunstancias. Como individuos, tanto los soldados rusos, chicos muy jóvenes que deben hacer el servicio militar de dos años por haber tenido la desgracia de nacer allí, en su patria, que los sacrifica alegremente, como muchos chechenos se ven arratrados por una guerra que dura años, que cada vez produce más víctimas y cuyas heridas, aunque acabe ya mismo, tardarán un siglo en cicatrizar. Y luego está esa maquinaria cruel que los lleva a morir de una forma tan estúpida, porque es profundamente estúpido morir así, sin haber visto nada

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